Regreso a casa: El viaje de un superintendente general a sus comienzos
Uno de los muchos privilegios y bendiciones de servir como superintendente general es tener la oportunidad de visitar la iglesia en toda su belleza, llena de diversidad y unidad. Este año, sin embargo, el privilegio aumentó exponencialmente porque en la misericordia y providencia de Dios, tuve la oportunidad de viajar a todos los lugares donde mi vida, ministerio y llamado comenzaron... ¡todo en seis meses de asignación jurisdiccional!
