La Iglesia de la Santidad de Cristo Una organización de Padres Nazarenos
La Asamblea General de la Iglesia del Nazareno de 1923 oficialmente reconoció la unión de grupos de santidad en 1908 en Pilot Point, Texas, EE. UU., como la ocasión que marcaría la fundación de la denominación.
Unidos en Cristo
A veces el mundo cambia cuando menos se espera, y en un solo momento los planes mejor trazados deben abandonarse. Esto es lo que sucede cuando la guerra estalla como un volcán en el paisaje, destruyendo viejos caminos y al mismo tiempo creando algo nuevo.
Domingo de Ramos
Los acontecimientos del domingo están registrados en Mateo 21:1-11; Marcos 11:1-11; Lucas 19:28-44 y Juan 12:12-19.
Oídos Bien Abiertos
“Vengan a mí con los oídos bien abiertos. Escuchen, y encontrarán vida”
Cena de las Bodas del Cordero
La Real Academia Española, en el 2021, incorporó palabras nuevas a su Diccionario, que son usadas mayormente por los millennials.
El libro de quejas de Dios
Hace unos años atrás, una empresa de televisión latinoamericana tenía un segmento muy curioso dentro de un programa de noticias. Colocaban un cartel en una acera en plena ciudad que decía: “QUÉJESE AQUÏ”. Detrás del cartel un micrófono. La televisora le daba oportunidad a cualquier ciudadano o ciudadana a que -con solo decir su nombre completo- pudiera quejarse de lo que le viniera en gana. Las razones para las quejas eran tan variadas como la imaginación de la gente:
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
No siempre se tiene una segunda oportunidad y aquí Dios está hablando de una. Esta oportunidad viene como resultado de una invocación al nombre del Señor.
Ayúdanos a Encontrar el Camino
A medida que envejezco, quisiera pensar que estoy creciendo en el fino arte del discernimiento. Sin embargo, a veces fracaso estrepitosamente. Cuando esto sucede, tiendo a lamentar haber perdido la oportunidad de disfrutar el fruto de una sabia toma de decisiones. Discernir la dirección de Dios para mi propia vida puede resultar terriblemente difícil.
Encontrando el Valor para Obedecer
Los seres humanos no nacemos con una inclinación natural a la obediencia. De hecho, es todo lo contrario. La marca del pecado coloca sobre nosotros una característica de egocentrismo, y tendemos a centrarnos en nuestros propios deseos. Como pueden confirmar los padres, los niños son propensos a ir tras sus propios deseos.
