Cuando no estás Seguro de hacia dónde va esto

Cuando no estás Seguro de hacia dónde va esto

Sentada en un bonito apartamento en Johannesburgo, Sudáfrica, en noviembre de 2018, comencé a reflexionar sobre un fin de semana que había pasado en Etiopía, cerca de la frontera con Sudán del Sur. La guerra en Sudán ha creado cientos de miles de refugiados, muchos de los cuales han estado viviendo en campamentos en esta región.

Ese domingo por la mañana en Gambella, Etiopía, no hubo tiempo para discutir la política de la región devastada por la guerra, sino simplemente la oportunidad de mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta que no estábamos seguros de como llegó aquí la Iglesia del Nazareno, pero Dios estaba en medio nuestro. El patio de la iglesia estaba lleno de al menos 100 niños, algunos de los cuales habían quedado huérfanos. Estaban en la escuela dominical y estaban aprendiendo acerca de Jesús. Sus sonrisas eran hermosas.

En medio de condiciones tan difíciles, no estamos seguros de lo que depara el futuro para este creciente grupo de nuevos creyentes, pero estamos comprometidos a caminar junto a ellos mientras son guíados e inspirados por el Espíritu.

En el libro de Hechos descubrimos que los discípulos también estaban aprendiendo sobre el viaje que no tiene un final claro a la vista. Pedro “que estaba recorriendo toda la región, fue también a vivistar a los creyentes”. Viajando a Lida, encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado en cama por ocho años pues era paralítico. Pedro le dijo “Eneas, Jesucristo te sana; ¡levántate y tiende tu cama!. Y en seguida se levantó. Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor. (Hechos 9:34-35 NVI).

Es el Dr. Lucas quien escribe sobre este incidente, que sentó las bases para la expansión del ministerio a los gentiles. Pedro tuvo una visión que finalmente lo lleva a la casa de Cornelio. Como migas de pan en el camino, Pedro simplemente estaba siguiendo la dirección del Espíritu mientras ministraba. La iglesia del Nuevo Testamento estaba a punto de estallar con nuevos convertidos. Pero en este momento del viaje, Pedro no tenía idea de lo que deparaba el futuro. Es posible que Pedro no supiera adónde conducía el camino, pero si sabía que nunca se atribuiría el mérito personal de lo que estaba sucediendo. Toda la gloria pertenecía a Jesús.

Asimismo, el Espíritu de Dios ha estado trabajando en los campos de refugiados en Sudán; en un solo campamento supe que había 17 iglesias nazarenas. Habían pasado ocho años desde que el último Superintendente General, el Dr. Stan Toler, visitó esta área para ordenar a una persona mientras los espectadores se regocijaban. En los años transcurridos desde entonces, los creyentes han establecido la educación pastoral en los campamentos de refugiados, y ese día yo debía ordenar a 24 personas como Presbíteros o Diáconos. Desafortunadamente debido a los bloqueos de carreteras, dos no pudieron llegar. ¿Qué está planeando Dios para que ordenemos a personas detenidas en campos de refugiados? No estamos seguros de hacia dónde va esto pero, ¡Dios está abriendo un camino!

A medida que el día continuaba calentándose, disfrutamos de la belleza de la adoración y el compañerismo cristiano. Jesús fue exaltado mientras la gente cantaba, danzaba y alababa al Señor. El director regional Daniel Gomis compartió la historia bíblica de los jóvenes exilados, Daniel y sus tres amigos. La Biblia nos dice que esos jóvenes, que vivían como refugiados, hicieron todo lo que pudieron para ser fieles siervos de Dios. Cuando los jóvenes de Etiopía escucharon la historia de los amigos de Daniel y el horno de fuego, acudieron al frente de la iglesia para comprometerse a seguir fielmente a Jesús, incluso como refugiados en un país extranjero.

Cuando llego el momento de la ordenación, me sentí abrumada. ¿Adónde me había llevado Dios? A una tierra seca y calurosa llena de lucha, y allí vi a Jesús. Jesús estaba en el rostro de todos los ordenados. Por primera vez en la historia, se ordenó a mujeres en el Cuerno de África; ordenamos dieciséis mujeres y seis hombres. Los vi, algunos con dolencias físicas visibles, uno con tuberculosis, comprometiéndose para servir al Señor y a la Iglesia. La alegre celebración que siguió no se parece a nada que yo haya visto antes, ya que la gente se regocijó al saber que la mano de Dios estaba sobre sus vidas.

Estoy aprendiendo a tener cuidado de no cuestionar hacia dónde me lleva Dios, incluso cuando las circunstancias son difíciles. Quizás encontremos que Jesús está en medio de algo que no entendemos. Pedro no tenía idea de cómo sus viajes cambiarían su vida y el futuro de la iglesia. Continúo viviendo en fe, siguiendo el llamado del Espíritu Santo todos los días.

Mientras viajaba por el continente africano, antes de COVID, tuve el privilegio de encontrar ejemplos brillantes de Jesús en la gente de Sudán del Sur y Etiopía. No estaba segura de hacia dónde iba, pero creo que encontré el cielo en la tierra.

Carla Sunberg

VIDEO: haga clic para ver parte de este servicio con Dr. Sunberg.

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