Adorando con acciones de gracias
Como seres humanos nos cuesta aceptar el regalo de la gracia porque pensamos que algo tenemos que hacer para pagar por ella. Las diferentes religiones exigen el cumplimiento de una lista larga de requerimientos para ganar el favor de los dioses. Eso impone una pesada carga imposible de sobrellevar. El cristianismo muestra el camino totalmente opuesto; es decir, no se trata de que nosotros ganemos la gracia de Dios porque no existe ningún esfuerzo humano suficiente y meritorio para alcanzarla.
