El Sendero en la Gracia

El Sendero en la Gracia

El Sendero en la Gracia

Cuando comencé a servir como director global de los Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado (MIEED) en agosto de 2018, muchas personas me preguntaron: “Cuando hablas de discipulado, ¿Qué quieres decir con "discipulado’ ¿Quieres decir ‘escuela dominical’? ¿Te refieres a grupos pequeños? ¿O te refieres a ‘mentoreo uno a uno’?”. Me he preguntado si me lo decían para ver en qué “bando” estaba para poder decidir si valía la pena escucharme. Sin embargo, sus preguntas revelaron que teníamos un problema.

La palabra “discipulado” no se refiere a un programa, una metodología o un enfoque denominacional. El concepto es más amplio que esto. El discipulado incluye tanto el recorrido espiritual de cada discípulo, como los esfuerzos de todos los cristianos para hacer discípulos. Podríamos pensar en una computadora. El discipulado es como el sistema operativo. Todos nuestros programas de la iglesia son el software que se ejecuta en la computadora. El software se puede programar para satisfacer las necesidades específicas del propietario. Sin embargo, el sistema operativo define cómo funciona la computadora. ¡El discipulado define cómo funciona la iglesia  y por qué existe la iglesia!

Después de discutir el discipulado en general, continuaba estas primeras conversaciones con una pregunta propia: “¿Cómo hace discípulos su iglesia local?” Me sorprendió que la mayoría de las respuestas que recibí me dijeran cómo la iglesia local reúne a los creyentes en grupos: estudios bíblicos, grupos de apoyo y grupos en el hogar. Básicamente, el discipulado para la mayoría de las personas se define por cómo hacemos mejores cristianos de los cristianos que ya tenemos. Una vez más, me di cuenta de que teníamos un problema.

El discipulado no se trata solo de creyentes comprometidos. Ahora, tal vez usted sea el sorprendido. Déjeme explicar. La declaración de misión de MIEED es “Cumplir la Gran Comisión entre los niños, jóvenes y adultos a fin de prepararlos para una vida de ser y hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”. MIEDD, el departamento encargado de inspirar, motivar y equipar el discipulado en la Iglesia del Nazareno ha basado su declaración de misión en la Gran Comisión.

La Gran Comisión es de nuestro Señor Jesús. “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20 NVI). La Gran Comisión ha sido referida como las “órdenes de marcha” de la iglesia. Ciertamente, pocas personas discutirían la naturaleza evangelística de estas palabras. Nosotros, los seguidores de Jesús, estamos llamados a hacer discípulos de personas en todas las naciones que aún no son discípulos. Si MIEED va a cumplir con su declaración de misión, debemos considerar la formas en que el enfoque de discipulado incluye a los perdidos.

Con estos desafíos, la Junta de Superintendentes Generales se dispuso a plasmar un nuevo concepto para el Discipulado Nazareno que ayude a la iglesia global a “hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”. El 27 de febrero de 2021, durante las reuniones de la Junta General, la Junta de Superintendentes Generales lanzó la nueva iniciativa: el Discipulado Nazareno como “Un Sendero en la Gracia”. Esta nueva iniciativa aborda los desafíos mencionados con anterioridad al mismo tiempo que ofrece un marco global para el Discipulado Nazareno que brinda unidad y claridad a nuestras metas.

Cuando consideramos el discipulado nazareno como “Un Sendero en la Gracia”, debemos comenzar reconociendo que el discipulado es de hecho un viaje. El discipulado no es un conjunto de estudios bíblicos. “Cuando termines estos estudios, te habrás graduado del discipulado”. ¡No, el discipulado es un viaje de por vida que comienza con el nacimiento y continúa a lo largo de toda la vida! Los estudios bíblicos, los momentos de crisis y los compañeros de viaje contribuyen a nuestro viaje, pero NO son el viaje. Más bien, el viaje del discipulado se define mejor como la conexión de la humanidad con la historia de Dios y la transformación por Su gracia. Por eso el discipulado es un sendero en la gracia. Todo esto se trata de Dios. Es SU iniciativa. Su viaje en particular se define por su respuesta al amor misericordioso de Dios en su vida.

¿Cómo es el sendero en la gracia? Podríamos decir que este viaje es un viaje de gracia en gracia en gracia. Como pueblo Wesleyano de Santidad, creemos que el amor misericordioso de Dios se extiende a todas las personas, en todas partes. Incluso antes que llegáramos a creer (Romanos 5:8), Dios nos cortejaba por Su gracia. La gracia preveniente es el término que explica que Su gracia va antes. A menudo nos referimos a la gracia preveniente como la gracia que viene antes de la conversión, despertando al precristiano a su necesidad de reconciliación con Dios.

En este sendero, donde está obrando la gracia preveniente de Dios, puede haber un momento de crisis cuando una persona descubre que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador del mundo y el camino para reconciliarse con el Padre. En ese momento, cuando la fe nace en el corazón de un individuo, ¡La Gracia Salvadora de Dios se da gratuitamente! Este es el momento de la conversión, de nacer de nuevo, ¡Vida Nueva!

A medida que el nuevo creyente continúa en este sendero en la gracia, el Espíritu de Dios comienza a transformar al cristiano cada vez más a la semejanza de Cristo. De nuevo, en este sendero llega un momento, un momento de crisis, llamado entera santificación. A media que los creyentes entregan por completo su vida redimida a Dios, son liberados de las cadenas del pecado original y entran en una relación con Dios que se define como una devoción total a Cristo, ¡En ese momento, la gracia santificadora de Dios se da gratuitamente!

El discipulado es un camino en la gracia de Dios: ¡Su gracia preveniente, salvadora y santificadora! El sendero en la gracia es un proceso con crisis a lo largo del camino.

Incluso las palabras de Jesús apuntan a este sendero. Jesús le reveló a Tomás: “Yo soy el  Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6). El camino es como un sendero, ¿verdad? ¡Jesús nos llama a seguirlo! Es el llamado de nuestro Salvador que busca, el llamado de la gracia preveniente. A lo largo de ese viaje, nos damos cuenta de la afirmación de Jesús de ser la verdad. Él es el Hijo de Dios, y debemos arrepentirnos y poner nuestra confianza solo en Él. Este es el llamado de Su gracia salvadora. Cuando estamos viviendo la vida de un creyente arrepentido, el Espíritu de Dios nos llama a entregarle completamente nuestra voluntad. Cuando nos rendimos, Él nos santifica y nos llena con Su Espíritu, y experimentamos el significado completo de que Jesús es la vida, la vida abundante, ¡a través de Su gracia Santificadora!

Para la iglesia es vital que entendamos que Cristo no solo nos atrae a lo largo de este camino, sino que estamos llamados a caminar con otros uniéndonos y ayudándolos en el sendero de ir de gracia en gracia en gracia. Esto es lo que hemos denominado hacer discípulos. 1 Pedro 4:10 dice: “Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas”. La pregunta para Su Iglesia hoy es esta: “¿Estamos siendo buenos administradores de la gracia de Dios?” cuando los creyentes se unen a otros en el sendero en la gracia, llevamos a cabo la Gran Comisión: Hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a obedecer todo lo que Jesús nos mandó. Que los nazarenos de todas partes se unan  otros a lo largo de este sendero, de gracia en gracia en gracia.

Scott Rainey es el director global de los Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado.

Holiness Today, marzo / abril 2021

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