Poder vs. Autoridad Marcos 1:21-28
Un dato curioso en el evangelio de Marcos es que el primer milagro es un exorcismo que ocurre en medio de una sesión de enseñanza. ¿Por qué el escritor hizo tal elección? ¿Qué quiere decir Marcos?
Imaginemos a Jesús reuniendo a su equipo de seguidores y llevándolos a escuchar sus enseñanzas por primera vez en Capernaúm, una ciudad bulliciosa. Cuando habló, la gente inmediatamente notó algo especial en Él. Hizo algo asombroso e increíble, mostrando a todos que no era un maestro común.
Marcos 1:21-28 ofrece una descripción intensa de uno de los primeros actos públicos de Jesús. El milagro/exorcismo mientras Jesús enseñaba abrió una ventana para entender su misión y ministerio. Marcos cautiva al lector y entrelaza meticulosamente los temas de poder y autoridad. Es cautivador tener la primera lección de quién es Jesús a través de la lente de un demonio que posee a una persona.
La escena presenta a nuestra generación el significado del poder versus la autoridad. Al comienzo de su Evangelio, Marcos prepara el escenario para que el lector comprenda la misión de Jesús. El pasaje subraya el asombro de la audiencia ante su enseñanza, pues enseñaba con autoridad, no como los escribas. La autoridad en su enseñanza y el milagro/exorcismo muestran cómo demostró quién es, no solo con palabras (su sabiduría) sino con acciones poderosas (autoridad divina).
Como es bien sabido, existe una diferencia entre poder y autoridad. El poder se refiere a la capacidad de ordenar, influir o realizar milagros, a veces carente de legitimidad o consideraciones morales. La autoridad es el uso legítimo del poder reconocido y aceptado por otros. Marcos 1:21-28 presenta las acciones y palabras de Jesús como una demostración y legitimación del poder y autoridad aceptados tanto por el reino humano como por el espiritual.
Hoy, expresar el concepto de poder podría ser como tener la fuerza para hacer algo grande, como levantar un automóvil. La autoridad tiene que ver con el derecho a hacer algo, como un policía que dirige el tráfico. Jesús no solo hablaba; la gente lo escuchaba. Incluso los que estaban en contra de Él, como los demonios, reconocieron que Él estaba al mando. Las enseñanzas de Jesús, al principio del Evangelio, tienen autoridad en comparación con el conocimiento de los eruditos religiosos de la época, los escribas. Jesús habla con precisión al demostrar un conocimiento personal e íntimo de la voluntad divina. Enseñar con autoridad cautiva y asombra a la audiencia, en el caso de Jesús, a la gente que asiste a la sinagoga. Su presencia exige atención e invita a otros a estar cerca y seguirlo.
Mientras enseña en público por primera vez, Jesús es interrumpido por un demonio. La conversación del demonio subraya quién tiene la autoridad y el orden desde el principio. Jesús es quien tiene la autoridad. Jesús ordena directamente al espíritu inmundo que abandone al hombre poseído. Hay una diferencia entre simplemente orar por un resultado y ejercer la autoridad divina para ordenarlo. Al comienzo de la escena el demonio reconoce quién es Jesús, el “Santo de Dios”, reforzando no sólo la autoridad de Jesús para enseñar sino también su autoridad para reinar y establecer un nuevo reino, reconociendo su identidad y poder divinos.
Cuando leo el episodio el efecto es profundo. No sólo establece la autoridad de Jesús sobre los espíritus inmundos, sino que también revela quién es Jesús: “El santo de Dios”. Marcos establece el tono para el ministerio de Jesús al elegir la enseñanza, la sanidad y un exorcismo como el primer milagro público, enfatizando su autoridad y poder desde el principio. Por lo tanto, este milagro no es sólo un acto de sanidad sino una declaración de la autoridad y misión divinas de Jesús, ofreciendo un anticipo del reino de Dios que vino a inaugurar.
El episodio en Marcos 1:21-28 sirve como un relato fundamental para entender la naturaleza del ministerio de Jesús y la distinción entre poder y autoridad. Este pasaje establece las credenciales de Jesús como maestro y el que tiene poder sobre la enfermedad, la naturaleza y el reino espiritual; Él es también el que tiene la verdad. El episodio subraya su misión transformadora. Los primeros actos de Jesús (enseñanza, sanidad-exorcismo) marcan la centralidad de la autoridad en su ministerio. El pasaje me invita a reconocer y aceptar la autoridad divina y el poder salvador de Jesucristo.
Usemos nuestra imaginación y pensemos en este acto en el Evangelio de Marcos como la inauguración de un evento que la gente está esperando y por el que se entusiasma. Las acciones de Jesús en Capernaúm son su manera de cortar la cinta, señalando el comienzo de algo grande y bueno para la comunidad: “Se ha cumplido el tiempo, decía. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas noticias!” (Marcos 1:15, NVI).
Así, al incluir el relato de Jesús liberando a una persona de un demonio al principio de su Evangelio, Marcos establece efectivamente el escenario para los temas clave que pretende desarrollar: la autoridad incomparable de Jesús, la naturaleza integral de su misión salvífica y el conflicto inevitable entre el reino de Dios y las fuerzas del mal. Esta historia no solo resalta el poder y la autoridad de Jesús, sino que también anima y asegura a la audiencia de Marcos la victoria final de Jesús sobre todas las formas de maldad y adversidad.
Christian Sarmiento es Superintendente General de la Iglesia del Nazareno.