Ven, Sígueme

Ven, Sígueme

El “Sendero en la Gracia” es una invitación a experimentar una vida de poder transformador que cambia a una persona, de una vida de pecado a una vida de gracia, una vida de favor incondicional e inmerecido de Dios, que se revela a todos lo que lo siguen.

Como tal, un sendero implica un viaje de un lugar a otro. Un día, hace muchos años, fui con mi hijo de cuatro años a la casa de un pastor. Cuando llegamos allí, mi hijo decidió unirse a los otros niños que salían a traer agua. Los siguió de lejos, pero se perdió en el camino y los niños sin saber que los había seguido, regresaron sin él. No sabían donde estaba. Así que salí de la casa preocupada y comencé a buscarlo por las calles, orando para que Dios me ayudara a encontrarlo. Caminé por el barrio, buscándolo y preguntando a la gente si habían visto a un niño deambulando y perdido; algunos de ellos dijeron que habían visto llorar a un niño. Continuamos buscándolo hasta que lo encontramos con una señora que estaba tratando de llevarlo de regreso a dónde mi hijo dijo que era su casa. Durante treinta minutos, mi compañero de viaje estuvo perdido y esos fueron los peores minutos de mi vida. A pesar de los desafíos que enfrenté, creo que la gracia de Dios estuvo conmigo a través de esta experiencia, y mi hijo y yo volvimos a estar juntos.

En Mateo 4:19, Jesús llama a la gente a seguirlo: “Vengan y síganme”, dijo Jesús, “y los haré pescadores de hombres”. Jesús estaba llamando a pescadores comunes para que lo siguieran. Seguir a Jesús significaba que tenían que dejar lo que estaban haciendo e ir con Él. Estaban a punto de embarcarse en un viaje físico con Jesús. Pero más allá de dejar un lugar e ir a otro, también debían emprender un viaje espiritual, dejando sus antiguas formas de vida para seguir los pasos de Jesús como líder. Nosotros también, mientras caminamos con Jesús, encontraremos dificultades y desafíos, pero debemos ser valientes y firmes, siguiendo Su ejemplo de ser fortalecido por Su Padre. Cuando somos tentados o nos sentimos cansados en el camino, tenemos que hablar con nuestro compañero de viaje, Él nos fortalecerá.

Mateo 4:19 comienza con una simple invitación: “Vengan”. En primer lugar, debemos ir a Él. Cuando Jesús dijo vengan, los invitó a levantarse e ir con Él y continuó diciendo, ”síganme”. Seguir a Jesús es vivir según su voluntad y siguiendo sus huellas. Lo seguimos porque Él es el camino la verdad y la vida (Juan 14:6). Si no conocemos el camino, Él nos lo mostrará; si no conocemos la verdad, Él nos la revelará, si no tenemos la vida, Él nos hará revivir. La gracia de Dios es suficiente para nosotros.

Un grupo de creyentes en el área de África Occidental comenzó a acercarse a los niños y jóvenes en las calles con el propósito de mostrarles amor. Jugaron con los niños y compartieron la Palabra de Dios. Muchos de ellos recibieron a Jesús como su Señor y Salvador y ahora una de las tiendas que antes vendía droga para la gente de la calle se ha convertido en una célula de oración. La mayoría de las persona que solían ir a esa tienda aceptaron a Jesús como su Señor y Salvador. Cuando Jesús llamó a sus discípulos, los invitó a seguirlo para poder hacerlos pescadores de hombres. Como creyentes, en nuestro sendero en la gracia, estamos llamados a traer a otros a Cristo y caminar con ellos en la gracia de Jesús. Hoy en día, en todo el mundo muchas personas están desesperadas y sin mucha esperanza de un futuro mejor. Como iglesia de Cristo, estamos llamados a compartir a Jesús, la fuente de nuestra esperanza. Oremos y pidamos a Dios que vaya delante de nosotros. La gracia de Dios que nos encontró también se extiende a ellos. Jesús quiere caminar con ellos porque también los ama.

¿Quién iba a saber que un lugar que alguna vez vendió drogas terminaría convirtiéndose en un lugar para que la gente orara y adorara a Dios? Solo Dios podía lograr eso a través de su Hijo Jesús. ¿Cuántas veces en tu vida has pensado que no merecías el perdón? Recordemos que cuando pensamos que no hay solución o que no se puede hacer nada más, ¡la gracia de Dios es suficiente para traer la transformación! Necesitamos permanecer firmes en nuestro camino y buscar nuestra fuerza en Cristo Jesús.

Jesús quiere ser parte de nuestra vida a media que crecemos en Su gracia, y Él sabe que nuestra jornada cristiana, no podemos hacerla solos, lo necesitamos. Por un poco de tiempo, cuando perdí a mi hijo (mi compañero), me sentí defraudada y débil. Creo que así es como nos sentimos cuando viajamos solos. ¿Te estás sintiendo solo en tu viaje? Tal vez no has decidido caminar con Jesús en cada paso del camino. Nunca es demasiado tarde para seguirlo mientras Él te guía en un viaje lleno de gracia. Jesús invita a su pueblo a experimentar el poder de la transformación a través de Él. A medida que nos unimos al viaje de la Gracia, somos transformados para ser discípulos de Cristo y compartir Su gracia con otros que deseen seguir a Jesús. Como resultado, abrazamos el camino y la misión de hacer discípulos semejantes a Cristo.

Como participantes de la misión de Dios, recibimos gracia y tenemos que seguir dando testimonio de esa gracia. Como discípulos, estamos en un camino de gracia mientras estemos en este mundo. Estamos llamados a hacer discípulos semejantes a Cristo (Mateo 28:19), ayudando a los nuevos creyentes a crecer en su fe mientras compartimos nuestras experiencias personales de caminar con Jesús. Testificar acerca de la gracia de Dios es una forma práctica de ayudar tanto a los creyentes como a los no creyentes a dar pasos hacia el sendero en la gracia.

Tuvimos el privilegio de recorrer este camino con algunos amigos de la familia que aún no eran creyentes y vimos cambiar sus vidas a medida que comenzaron a crecer en su fe Cristiana. Un día, decidieron compartir con nosotros cómo les había impactado nuestra vida. Dijeron: “Siempre que íbamos a su casa, la idea no nos gustaba mucho porque sabíamos que no tomaríamos bebidas alcohólicas y nos servirían refrescos todo el día. Lo primero que hacíamos cada vez que salíamos de su casa era parar en un pequeño mercado y comprar alcohol. Una cosa que nos sorprendió es que nunca nos mencionaron las cosas malas que estábamos haciendo o que  dejáramos de beber, pero a través de su estilo de vida, aprendimos que es posible tener una vida distinta y vivir sin alcohol. Esa fue una lección para nosotros; nos mostraron el camino a Jesús a través de su forma de vida”. Todavía hoy, esta pareja es muy activa en la iglesia; el esposo está sirviendo en varios puestos, incluso como secretario en una iglesia local y su esposa es la directora del ministerio de niños. ¡Este tipo de transformación puede ocurrir solo cuando comprometemos nuestras vidas a seguir a Jesús!

Jesús nos invita a todos a caminar con El en el camino de la Gracia, testificando acerca de Su amor incondicional para que podamos hacer discípulos semejantes a Cristo en las Naciones.

Celeste Chaguala es coordinadora Regional del África de los Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado (MIEDD).

Holiness Today, Marzo/Abril 2021

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