Discernimiento en el Liderazgo

Discernimiento en el Liderazgo

Discernimiento en el Liderazgo

A lo largo de más de 50 años de mi ministerio, me han hecho muchas preguntas sobre la fe cristiana. Quizás la más frecuente ha sido ¿Cómo encuentro la voluntad de Dios al momento de tomar decisiones para mi vida? Obviamente, aquellos que hacen la pregunta buscan discernimiento para los problemas importantes que enfrentan. Para ayudarlos a resolver, me gusta responder su pregunta con una pregunta: ¿Qué papel juega tu fe en las decisiones que tomas? La respuesta puede parecer obvia; no preguntarían sobre cómo encontrar la voluntad de Dios a menos que estuvieran realmente interesados.

Pero seamos honestos, incluso si queremos la mente de Cristo en nuestro proceso de toma de decisiones, hay obstáculos que debemos superar. Estos son algunos:

Perspectivas Políticas. He vivido casi tres cuartos de siglo y he visto todo tipo de movimientos políticos: la guerra de Vietnam, el Watergate, “hanging chads” (Recuento de votos de elecciones presidenciales en Florida, Estados Unidos,) y, más recientemente, el conflicto en Washington D.C. Vivimos en una época de gran división y enojo. Desafortunadamente, en muchos casos, la ideología política supera los principios cristianos en las decisiones sobre qué creer y cómo actuar. Nuestra política orienta nuestra teología y no al revés.

Opinión Pública. Seamos realistas: a la mayoría de nosotros no nos gustan los conflictos y queremos agradar a los demás. Las decisiones que van en contra de la opinión pública son difíciles y es más fácil elegir el silencio que tomar decisiones que causan desacuerdo. Hace poco escuche de una joven creyente que es profesora en una universidad pública. Ella compartió con nuestro grupo pequeño en la iglesia su disposición de hablar sobre un tema moral que sabía que no sería popular entre sus colegas. Quería levantarme y animarla mientras reflexionaba sobre su valiente decisión.

Comodidad personal. Todo el mundo quiere una vida tranquila y cómoda. Por lo general no gravitamos hacia opciones que generen malestar. Pero a veces buscar la mente de Dios y elegir su voluntad lleva a una temporada de inquietud, porque Dios no siempre nos llama a lugares agradables. Así que es más fácil elegir la comodidad que el caos.

El Salmo 86:11 (NTV) es un versículo que oro casi todos los días. “Enséñame tus caminos, oh, Señor, para que viva de acuerdo con tu verdad. Concédeme pureza de corazón, para que te honre”. La pureza de corazón, por supuesto, es una devoción resuelta a Dios. La NVI dice “Dame integridad de corazón. . .” Cuando somos sinceros al orar esas palabras, es imprescindible buscar la dirección de Dios en nuestras decisiones.

Permítanme sugerir tres maneras que los santos han probado a lo largo de milenios para discernir la voluntad de Dios en las decisiones de la vida.

Revelación Personal. Jesús prometió a sus discípulos que el Espíritu Santo los “Guiaría a toda verdad” (Juan16:13). Cuando las personas ponen su confianza en Jesucristo como su Salvador, el Espíritu Santo viene a vivir en sus vidas, a trabajar en sus mentes y a ayudarlos a comprender la mente de Dios en las decisiones que toman. Aprender a discernir la voz de Dios del ruido en nuestras vidas y de las voces que compiten por la atención es un esfuerzo que dura toda la vida. No siempre lo haremos bien. Los obstáculos descritos anteriormente pueden ser un impedimento. Entonces una vez que tenemos una indicación de hacia dónde nos guía el Espíritu, es sabio confirmar esas impresiones de otras maneras.

Las Escrituras. ¿Las impresiones que creemos que escuchamos del Espíritu Santo son consistentes con lo que dice la Escritura? El Espíritu Santo no nos dirigirá de manera contraria a la Palabra escrita. Eso pondría a Dios en conflicto consigo mismo. Aquí hay unos ejemplos. Una decisión que enfrentamos podría pedirnos que elijamos entre nuestro amor por Dios y por nosotros mismo. Jesús fue claro. Cuando los líderes religiosos de su época le pidieron que nombrara el mandamiento más importante, Él respondió: “Ama al Señor tu Dios con todo tu Corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37, NVI). Entonces en nuestras decisiones nos preguntamos: ¿honraré a Dios por encima de mí en lo que elija? O debido a que muchas de nuestras decisiones involucran a otras personas, Miqueas 6:8 (NVI) nos da esta orientación: “¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?: Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios”. Estas palabras dan algunas preguntas importantes que deben hacerse quienes buscan la voluntad de Dios.

La Iglesia. Por La Iglesia (I mayúscula) me refiero al cuerpo más grande de creyentes, incluso más allá de una congregación local. Los cuáqueros tienen una práctica que utilizan a menudo para discernir la voluntad de Dios, se llama “reunión para la claridad”. Un grupo de creyentes maduros y de confianza se une a una persona que busca la guía de Dios para orar con ella y guiarla a lo largo del proceso de toma de decisiones.

En la decisión más difícil que tomé en mi vida, empleé estos tres métodos de discernimiento. Después de mucha oración, tuve una buena idea de lo que Dios quería. Debido a que las consecuencias fueron tan grandes, dediqué tiempo a las Escrituras y lo que leí coincidía con lo que creía que el Espíritu Santo me estaba diciendo. El “factor decisivo”, por así decirlo, fue cuando hermanos cristianos de confianza hablaron sobre mi decisión y afirmaron lo que creo que era la dirección clara de Dios. Estos pasos me ayudaron a discernir si estaba siguiendo su voluntad.

Dios es fiel al revelarnos sus deseos en las decisiones de la vida. Jeremías 29:13 promete: “Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón”. Al creer esta promesa y practicarla, podemos confiar en que Dios guiará nuestros pasos.

David Wilson es Ex-secretario general de la Iglesia del Nazareno.

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