Septiembre 2020

Redención

Crecí en la pobreza en Carolina del Norte. Mi madre se casó con mi padre cuando ella tenía 16; yo nací un año y medio después. Nos mudábamos mucho, y a menudo vivíamos en lugares sin aire acondicionado ni servicio telefónico. Mis padres eran adictos. Mi madre era una alcohólica empedernida, y la droga elegida por mi padre era la heroína. Se divorciaron cuando yo tenía apenas tres años.

Una Comunidad Nacida por Gracia

Entretejida a lo largo de los testimonios del Antiguo Testamento está la convicción de que el Señor por su gracia inició y estableció libremente una relación única con la comunidad llamada Israel. Frecuentemente descrita en términos de pacto, esta relación entre Dios y el pueblo encuentra su expresión más común en las palabras de validación del Señor: “Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo” (Levítico 26:12).

La Misión de Cristo, Nuestra Comisión

En marzo de 1972, mi familia se mudó de Fort Wayne, Indiana, a Merriam, Kansas. Yo acababa de cumplir 1 año. Mis padres habían tenido un comienzo difícil en su matrimonio. Para mi madre, una nueva cristiana y mi padre, que aún huía de Dios, nuestra mudanza a Kansas City fue tanto un nuevo comienzo como una última oportunidad. Tres semanas después del día que nos mudamos, alguien tocó a la puerta.

¡Los vecinos Mike y Cindy Couch habían cruzado la calle!

La Poderosa Búsqueda de la Gracia

Hace casi tres décadas, yo no había entendido la Gracia de Dios de la forma en que reconozco su poder en mi vida ahora. La presencia misteriosa y protectora de este favor inmerecido de Dios que nos busca, transforma y permanece, es tanto atrayente como cautivadora. La Palara de Dios ha sido el canal principal para una comprensión fundamental de la gracia de Dios y su misterioso funcionamiento, pero además, mi familiaridad con obras literarias me ha traído a un nivel de conocimiento erudito sobre las obras de la gracia.

Un Llamado a la Adoración

Mi esposa, Debbie, entregó su vida a Cristo el segundo domingo de noviembre de 1988. Acababa de graduarse con una licenciatura en comunicaciones, estaba trabajando en un nuevo y emocionante trabajo de televisión en Seattle y se estaba preparando para casarse con su novio de la universidad. Para una joven de 22 años, las piezas de la vida estaban encajando bastante bien. Sin embargo, todavía faltaba algo.

Una Gracia Inmerecida

La gracia de Dios, y solo esta gracia, puede ofrecer salvación a la humanidad. “Y Dios creó al ser humano a su imagen… hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27). La humanidad desobedeció y corrompió su relación original con Dios. En nuestro estado caído, no podemos hacer nada por nosotros mismos para recuperar esta imagen y nuestra relación original con nuestro Creador. Ningún esfuerzo que hagamos puede restaurar la imagen de Dios en nosotros. Solo la gracia puede restaurarnos a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo.

Buenas Noticias

La tarea de definir la idea de “Gracia Preveniente” desde la perspectiva del Nuevo Testamento puede ser un desafío porque el término en si no aparece en el Nuevo testamento ni en toda la Biblia. El término es teológico y presenta una comprensión wesleyana de la gracia de Dios que precede, capacitando (pero no obligando) a los pecadores a responder a la fe.

John Wesley y la Gracia Preveniente

La Gracia Preveniente tiene un lugar fundamental en la teología de John Wesley. ¿Por qué ocurre esto? Porque la salvación es central en la fe cristiana. Wesley declaró: “La salvación comienza con lo que generalmente se denomina (y muy apropiadamente) “Gracia Preveniente”[1].