Elementos Esenciales del Discipulado

Elementos Esenciales del Discipulado

Elementos Esenciales del Discipulado

El tema del discipulado inmediatamente me trae a la mente mi infancia. Tuve la fortuna de ser discipulado por mis padres. La vida de mis padres fue un modelo encarnacional de discipulado. Las actividades de la semana y las conversaciones familiares alrededor de la mesa guiaron a cada uno de nosotros hacia Cristo. Si hubo un plan de discipulado formal, nunca lo vimos, pero sabíamos las lecciones de memoria. Era acerca de quiénes éramos y qué hacíamos como cristianos.

Cuando miro hacia atrás en mi vida, puedo ver claramente tres patrones en la forma en que mis padres nos discipularon: Presencia, Pasión y Perseverancia.

Presencia

Mis padres modelaron el amor de Dios hacia nosotros con su presencia personal. Su presencia reforzó la creencia de que Dios siempre está con nosotros, lo que nos trajo consuelo y seguridad. Nuestro tiempo de oración familiar nos aseguró la presencia y la participación de Dios en todos los aspectos de nuestras vidas: nada es demasiado trivial o grande para no llevarlo a nuestro Señor en oración. Su participación diaria en nuestras vidas trajo la voz de la claridad y la cordura a la cacofonía de influencias que enfrentamos fuera del hogar. Su presencia constantemente nos aseguraba la presencia de Dios.

Años mas tarde, leí sobre el ministerio del Rev. Eugene Rivers, un pastor en el centro de la ciudad de Boston. Estaba frustrado por perder a tantos niños en las calles. Así que le preguntó a un traficante de drogas por qué estaba perdiendo la batalla por los corazones y la mente de los niños. El narcotraficante respondió: “Cuando Johnny sale a comprar una hogaza de pan para mamá, yo estoy allí, tú no. Cuando necesita un nuevo par de zapatillas de gimnasia, yo estoy ahí, tú no. Cuando simplemente necesita alguien con quien hablar, para descargar lo que tiene en mente, yo estoy ahí y tú no. Yo gano. Tu pierdes”.

Está claro que Jesús conocía la importancia de la presencia personal en el proceso de discipulado. Él dijo, “si quieres ser mi discípulo . . . . ¡debes seguirme!” (Lucas 9:23).

Pasión

El segundo elemento esencial del discipulado que experimenté a través de la vida de mis padres fue su pasión por Dios. siempre buscaban y seguían la guía de Dios, incluso cuando el costo personal era alto. Los sacrificios materiales en nuestras vidas fueron vistos a través del lente del amor por Dios y por los demás. Si bien nosotros como niños, no siempre disfrutábamos de los sacrificios realizados, nunca dudamos del valor de darle a Dios el primer lugar en todas las cosas. Al incluir a la familia en los sacrificios por los demás, mis padres nos comprometieron con la misión y la celebración de los éxitos.

Perseverancia

La presencia y la pasión de mis padres se completan totalmente a través de su perseverancia. La vida no siempre fue fácil y gratificante a corto plazo. Hubo momentos en nuestra niñez en que fuimos testigos de las pruebas que enfrentaron nuestros padres. Sin embargo, aunque el camino no fue cómodo, mis padres estaban decididos a perseverar fielmente. Repetidamente vimos el fruto de su perseverancia en la serie de oraciones contestadas y relaciones restauradas. No hay dada como las oraciones contestadas después de una larga lucha para conectarse con la presencia y la pasión de Cristo.

Presencia, pasión y perseverancia: todas cualidades esenciales en el camino del discipulado. Cada programa o marco que honre estas tres cualidades producirá frutos que perdurarán. Estoy agradecido de haber sido bendecido con padres que vivieron esas cualidades delante de mí. Además, estoy en deuda con muchos otros que los alentaron en el camino.

Larry Morris es director administrativo de Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado.

Holiness Today, March/April 2021

 

Public