El Mensaje de la Salvación Plena
Tengo muy gratos recuerdos de la Iglesia de Mozambique y de la forma en que moldeó mi vida. La iglesia del Nazareno en Mozambique invierte mucho tiempo en la enseñanza y la predicación de la santidad. Una o varias semanas de avivamiento de santidad eran normales y pretendían reavivar el interés, la pasión y la práctica de la santidad bíblica, tanto del corazón como de la vida. Estos avivamientos se centraban en tres áreas: la gracia preveniente, la gracia salvadora y la gracia santificadora.
A lo largo de los años, he sido testigo de varios de estos avivamientos en Mozambique, pero una reunión ha permanecido conmigo. En esa reunión fui testigo de la transformación de un hombre cuya familia y comunidad no creían que hubiera esperanza de cambio en su vida. La historia de este hombre incluía el abuso de sustancias, la violencia doméstica, la brujería y la adoración de ídolos (culto ancestral), y mucho más. Su esposa y sus hijos habían comenzado a asistir a la iglesia y uno de sus hijos oraba fervientemente por la salvación de su padre. Una noche, durante la semana de avivamiento entró en la iglesia, no porque hubiera planeado unirse a nosotros para el servicio de adoración, sino porque estaba disgustado con su familia, e iba a enfrentarse con ellos y avergonzarlos allí mismo. Estaba borracho y no tenía las cosas más agradables que decir.
El predicador se desvió de su guion y entablo tranquilamente una conversación con él. Fue entretenido para muchos de nosotros, pero al final de su intercambio, el hombre se sentó. De repente se quedó callado y más atento a la Palabra. Al terminar el mensaje se unió a los que estaban en el altar. Clamó al Señor por su salvación. Finalmente, con una enorme sonrisa en su rostro dijo: “Se acabó. Hoy elijo una nueva vida. Seguiré esta nueva vida mientras viva”.
Mi padre, el Reverendo Manuel Chambo (Tshambe) era el predicador. Cuando se preparaba para cerrar el servicio, dijo: “Es hermoso presenciar la transformación en la vida de las personas cuando responden a la gracia de Dios para perdonar sus pecados”. Luego añadió: “Pero hay más cosas que Dios quiere hacer en nuestras vidas. El mensaje para nosotros y para nuestro mundo es que Dios nos invita a una relación santa con Él. Debemos ser el pueblo santo de Dios. Esto es posible gracias al perdón de nuestros pecados y a la obra de Dios en nuestras vidas para darnos la victoria sobre el pecado”. Por supuesto estaba haciendo una pequeña promoción para asegurarse que todos volveríamos las noches siguientes.
Mi padre entendía una relación santa con Dios como vivir en una relación exclusiva con Dios, una relación que no tiene apertura para asociarse con cosas que son contrarias a la naturaleza y el carácter santo de Dios. Dios invita a todas las personas a una relación santa con Él. Solo Dios puede hacernos santos porque Él es santo.
En 2 Corintios 6:14–7:1, Pablo escribe a la iglesia para decirles, que ahora que están en Cristo sus vidas deben ser compatibles y estar en armonía con su identidad en Cristo. Vivan una vida santa. Sed leales a Dios. Amen a Dios con todo lo que hay en ustedes. No adoren o den devoción a otros dioses y fuerzas. Pablo simplemente está diciendo que, como seguidores de Cristo, no podemos seguir viviendo de la misma manera que cuando estábamos en la oscuridad.
Es razonable pensar que Pablo estaba preocupado por los seguidores de Cristo que continuaban atraídos por las prácticas paganas. Por lo tanto, Pablo quería que supieran que el estilo de vida de las personas de santidad era incompatible con el de los paganos. Las personas de santidad están llamadas a dejar de vivir como idólatras e inmorales.
La buena noticia es que es posible vivir en este mundo y tener el poder de vencer la tentación de participar en el pecado. La vida santa es posible para todos los que están en Cristo porque Dios mismo lo hace posible cuando le entregamos nuestras vidas. Dios nos ha dado este hermosos don, y nos permite vivir como un pueblo santo.
Bueno, respecto al hombre que mencioné al principio de este artículo, a lo largo de los años, vi su vida cambiar. Lo vi crecer en su caminar con el Señor y fui testigo de cómo su familia llegó a conocer a una nueva persona y a disfrutar de una temporada de paz. Este hombre se había convertido en una nueva creación. Sus pecados habían sido perdonados. Había llegado a conocer y experimentar la gracia santificadora de Dios. La trayectoria de su familia cambió porque recibió el don del perdón de los pecados y la liberación del domino del pecado.
Esta verdad bíblica de la salvación plena es lo que nuestro mundo necesita. No debemos ofrecer nada menos que eso.
Fili Chambo es Superintendente General dela Iglesia del Nazareno.
Holiness Today, enero/febrero 2021