Género destacado: Salmos de Confianza

Género destacado: Salmos de Confianza

El salmo 23 es quizás el ejemplo más icónico de un salmo de confianza: “El Señor es mi pastor; nada me faltará” (v. 1). Actitudes de confianza están presentes en muchos tipos diferentes de salmos, sin embargo, hay ciertos salmos en los que esta confianza en Dios es un tema dominante. Estos cantos enfatizan una relación íntima entre el salmista y Dios, y la profunda confianza del salmista en Dios para su protección, liberación y cuidado.

En la mayoría de los casos, el contexto o la ocasión para esta respuesta de adoración de confianza no está claro. En algún lugar tras bambalinas del salmo había una gran angustia. El salmista a veces nos da una pista del problema, pero no siempre indica que el problema ya pasó. Muchas veces, el salmista declara confianza no porque la angustia se haya disipado, sino por la confianza del salmista en la presencia de Dios, en medio de la angustia. El Salmo 23, por ejemplo, describe al salmista rodeado de enemigos (v 5). De esta manera, los salmos de confianza son expresiones de permanencia fiel, no declaraciones de victoria.

Los Salmos de Confianza van más allá del lamento hacia un lugar de profunda confianza en la provisión de Dios. Sin embargo, a menudo hay un breve lamento (queja) todavía presente en algún lugar del salmo. Esta breve queja refuerza el catalizador del salmista para confiar en la bondad de Dios; también enfatiza la elección de confiar a pesar de las circunstancias difíciles. ¡Elegir permanecer firme requiere una fe robusta!

Los Salmos de Confianza pueden ser individuales (salmo 4, por ejemplo) o comunitarios (salmo 91, por ejemplo). Ambas formas suelen tener los siguientes cinco componentes, aunque su orden varía en cada salmo:

  1. Declaración de confianza: El salmo declara la confianza del salmista en Dios. El salmo 27, por ejemplo, tiene múltiples declaraciones de confianza a lo largo de la canción (vv. 1, 5, 8, 10, 13).
  2. Invitación a confiar: El salmista invita a la comunidad a modelar la misma postura de confianza. Ver Salmo 115:9-11.
  3. Base de la confianza: El salmista no confía ciegamente en Dios, sino recuerda una experiencia o enseñanza previa que ha moldeado su fe. El Salmo 16:11 declara: “Me has dado a conocer la senda de la vida”.
  4. Petición: Debido a la relación que el salmista tiene con Dios, el salmista le pide audazmente a Dios lo que necesita. Ver Salmo 123:3.
  5. Voto de Alabanza: Confiando que Dios escucha las oraciones del pueblo de Dios, el salmista promete alabar a Dios. el Salmo 115, por ejemplo, cierra con el sencillo mandato: “¡Alabado sea el Señor!” (v. 18)

Así como funcionaron en la comunidad de fe de Israel, estos salmos sirven como modelo de adoración hoy. A veces es posible que no hayamos entrado en un estado pleno de confianza resuelta en Dios, y estos salmos pueden servir como guía de oración. Detrás de estos salmos había un proceso de aprender a expresar confianza en Dios. los salmos nos enseñan que no tenemos que esperar hasta que hayamos “llegado”; podemos orar fielmente para llegar a una actitud de confianza.

Christina Bohn es profesora asistente de Antiguo Testamento en la Universidad Nazarena de Mid América.

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