Dios El Padre

Dios El Padre

Imagine su asombro en una cita para almorzar con un amigo, al enterarse de que no ha comido una hamburguesa en muchos años. Cuando le preguntó por qué, respondió: "No me gustaba el sabor de una hamburguesa que me comí hace muchos años, así que concluí que cada hamburguesa servida en cada restaurante en todas partes tiene un mal sabor". Suena bastante irracional, ¿verdad? Sin embargo, algunas personas se niegan a reconocer a Dios, si Él existe, como Padre. Su experiencia negativa con un padre terrenal o guardián masculino los ha cegado a la posibilidad de la existencia de un padre divino bueno y amoroso.

            Por un lado, nunca debemos minimizar las cicatrices formadas en la infancia por las palabras y acciones de padres sin temor a Dios. Estas cicatrices pueden ser profundas e infligir dolor durante décadas. Por otro lado, no debemos permitir que estas experiencias negativas nos cieguen a la posibilidad de una relación personal con nuestro Padre celestial. Los niños que sufren a causa de padres negligentes o abusivos tienen la increíble oportunidad de refugiarse en los brazos de su Padre Celestial, que los ama y nutre de maneras que satisfacen las necesidades más profundas de su alma. Ellos tienen la oportunidad de florecer en su nueva identidad como hijos de Dios (ver Juan 1:12).

Encontramos referencias a nuestro Padre celestial en todas las Escrituras. Dado que Dios es Espíritu que llena a Su creación con Su presencia, sabemos que Dios no tiene un género masculino terrenal ni ninguna otra identificación terrenal. La Biblia usa la imagen del Padre para ayudarnos a entender la forma en que Él interactúa como un padre con la humanidad. Algunos se sorprenden al saber que la Biblia a veces también se refiere al cuidado maternal de nuestro padre celestial (ver Isaías 49:15-16). La Biblia ofrece una amplia variedad de atributos y características de Dios. Aquí hay algunas que hablan de las cualidades parentales de Dios.

 

Dios es amor

La palabra hesed aparece más de 250 veces en el Antiguo Testamento. Ninguna palabra en español la traduce con precisión. El amor hesed de Dios es incondicional, firme, eterno y amable. Su amor guió a la nación hebrea a través de todos los altibajos de su existencia en la historia del Antiguo Testamento, así como Dios prometió a Abraham que bendeciría a su descendencia (Génesis 17:1-7). La palabra del Nuevo Testamento para el amor de Dios es ágape. Esta palabra transmite el amor de Dios por sus hijos, un amor abnegado, incondicional y de pacto Ningún otro amor conocido por la humanidad nos abraza con un cuidado tan inmenso como el amor de Dios. Además, Él nos alienta a amarlo a Él y a amarnos entre nosotros con el amor que Él nos da: "Nosotros amamos porque Él nos amó primero" (1 Juan 4:19). Nunca debemos subestimar el amor incondicional que Dios tiene por nosotros.

 

Dios es personal

Los creyentes cristianos no se relacionan con Dios como si Él fuera una entidad impersonal, como un gran banco corporativo o un bot de IA. Más bien, nos relacionamos de persona a persona. Es verdad que Dios no posee personalidad de la manera en que nosotros la tenemos como seres creados. Sin embargo, Dios elige inclinarse a nuestro nivel y establecer una relación personal con nosotros. Él nos creó a Su imagen y semejanza para que podamos tener una relación personal con Él (ver Génesis 1:26-27). Nos referimos a este inclinarse a través de antropomorfismos; es decir, lo visualizamos con características físicas o emocionales. La Biblia dice que Dios tiene ojos (Salmos 11:4); oídos (Salmos 31:2); manos (Salmo 95:4); pies (Isaías 66:1); alegría (Isaías 65:19); y amor (1 Juan 4:8). Pensar en Dios de manera personal proporciona una invitación para que entremos en comunión diaria con Él. Pablo dijo: "Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Éspiritu que los adopta como hijos Y les permite clamar: "¡Abba!, ¡Padre!" (Romanos 8:15). Abba significa "papá". Esa es una relación increíblemente personal.

 

Dios es justo

Los niños en el patio de juegos de la escuela gritan: "¡Eso no es justo!" cuando alguien hace trampa en un juego en el recreo. Los adultos en los noticieros de la noche exigen: "Alguien debe hacer esto bien" cuando un individuo o negocio los defrauda. La deshonestidad impregna la sociedad al nivel que muchas personas ya no creen que la justicia exista en nuestro mundo. Los creyentes cristianos saben que Dios es justo. Él tiene una brújula moral perfecta y toda la información. Él hace lo correcto (o justo), cada vez. "El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras". (Salmos 145:17). Podemos contar con que nuestro Padre celestial se relaciona con nosotros de manera justa en todo lo que dice y hace.

Dios es misericordioso

Dios muestra compasión, bondad, favor, misericordia y benevolencia hacia personas que no lo merecen. Ninguno de nosotros merece la misericordia divina que se nos ofrece a lo largo de nuestra vida, sin embargo, Dios ofrece misericordia una y otra vez desde su amor hesed. "El Señor, el Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después y que perdona la maldad, la rebelión y el pecado" (Éxodo 34:6-7a). Los creyentes cristianos viven en esa misericordia divina cada día.

5. Dios es bondadoso. Dios misericordiosamente no nos da lo que merecemos, sino que Él en su bondad, nos da lo que no merecemos. Tal vez la canción más conocida en el cristianismo es "Sublime Gracia". Las palabras de ese himno hacen referencia al plan de salvación de Dios para la humanidad encontrado a través de Su gracia. Proclama que la gracia de Dios es suficiente para afrontar cada prueba y tentación de la vida. Nos da un vistazo de la gloria celestial donde cantaremos alabanzas a Dios por toda la eternidad. Pablo nos recuerda que "todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. (Romanos 3:23-24). ¡Qué increíble regalo de Dios! "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se jacte". (Efesios 2:8-9). Tal vez la palabra que mejor define nuestra relación con nuestro Padre celestial es "¡gracia!".

Frank Moore fue editor general de la Iglesia del Nazareno de 2013 a 2021.

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