La misión trae tribulación
El evangelista Mateo nos presenta toda la misión como el conflicto de los reinos. Este conflicto se expresa en la oposición a la misión de los enviados. En este sentido la suerte de los discípulos corresponde al de su Maestro. “Os entregarán” (v 17), es una expresión clave del pasaje. Los discípulos también serán entregados. Como Jesús, sufrirán por el bien de la misión divina en el mundo.
En Mateo la misión se extiende a todas las naciones (28:18-20). Pero se advierte que no será una tarea fácil con personas receptivas al evangelio. Más bien como los primeros misioneros enviados en el tiempo de la Iglesia Primitiva, también todos aquellos que son enviados hoy serán perseguidos y sufrirán por el testimonio de Jesús.
El criterio de receptividad para el avance misionero de la iglesia no es normativo. La historia nos enseña que la iglesia ha llevado el evangelio a los lugares más hostiles, con la confianza de que el Señor va delante de su iglesia.
El testigo cristiano enviado a la misión debe sentirse muy animado porque cuenta con el don del Espíritu Santo. ¿Cuál es su función? Primero, él es el Espíritu de las misiones. Por lo tanto, podemos confiar en su respaldo. Mateo les dice a los cristianos de ayer y de hoy que no necesitan depender exclusivamente de sus propios recursos sino que están siendo inspirados y guiados por el Espíritu Santo, “el Espíritu del Padre”. Cualquier tribunal que enfrente el cristiano en la tarea misionera no debe ser visto como una simple amenaza, sino como una oportunidad para dar testimonio de la misión. Los obstáculos se convierten en oportunidades evangelísticas en la misión. El Creyente puede sentirse empoderado, recordando las palabras de Jesús: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id….” (Mt 28:18-19ª RV2018 GP). La presencia continua de Jesús como el misionero por excelencia acompaña a la iglesia en todo momento, de hecho, “…todos los días, hasta el fin del mundo” (28:20b RV2018 GP).
La nota escatológica inquietante es que unido a la persecución y perseverancia de los discípulos en la misión entonces, vendrá el fin. La escatología bíblica del NT declara que el fin es inminente. Ya se ha hecho la primera y segunda llamada. Esta declaración de la llegada del fin unida a la misión, no hay que calcularlo o evitarlo. Mas bien funciona como un estímulo a la misión. Dado que Mateo y sus lectores sabían que el Hijo del Hombre no vino durante el tiempo del Jesús histórico, estas instrucciones podían escucharse en su iglesia como aplicables a la misión continua a Israel como parte de la misión de la iglesia a todas las naciones (28:18-20).
Tenemos un llamado a reexaminar nuestra propia versión del cristianismo contemporáneo y preguntarnos si acaso no hemos acomodado la misión a nuestros propios gustos y al espíritu de esta era.
La vida cristiana vivida en la confesión de Jesús, significa vivir con una preocupación por la misión en este mundo, soltando las posesiones materiales, poniendo nuestra lealtad en Dios por encima de todas las demás lealtades, incluso las de la familia y confiando en el futuro de Dios. Aun si la misión trae tribulación.
Marco Velasco es el decano académico del Seminario Nazareno de las Américas.
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1. Boring, M. E. (1994–2004). El Evangelio de Mateo. En L. E. Keck (ed.), Biblia del Nuevo Intérprete (Vol. 8, pp. 257–259). Nashville: Abingdon Press.