Vive justamente ante Dios

Vive justamente ante Dios

Vive justamente ante Dios

Así termina este Salmos. Confesando la justicia de Dios y alabándole por ser un Juez justo. En aquel contexto era muy normal acudir al templo, apelando a la justicia de Dios, buscando a los sacerdotes, que pronunciaban sentencia inapelable ante las partes en conflicto. Era una institución que también tenía las funciones de una Suprema Corte de Justicia. En este proceso judicial, los sacerdotes indagaban si la sentencia era justicia divina (Deuteronomio 17:8-11; 19:16-20). Podemos decir que, apelar a la justicia de Dios según la costumbre de ir al templo y exponer su caso, era ya una garantía de seguridad. Porque era un recurso que tenía alguien que consideraba su inocencia y buscaba la verdad contra lo que estaba pasando.

Este Salmos habla de eso. Y menciona las razones de por qué se apela y se exalta la justicia de Dios, Juez justo y universal. Porque es un Juez que salva y protege a los rectos de corazón de quienes desean hacerle daño (v.2-3). A quien podemos venir y expresarle nuestro asunto con sinceridad (v.3-5, véase Éxodo 22:6-8; 1 Reyes 8:31). Porque es un Dios que indaga toda verdad y mentira más oculta (v. 6-10). Ante quien es mejor reconocer su maldad y rectificar antes de sufrir las consecuencias (v.11-13). Y porque ante Él nadie se escapará y nada quedará impune, pronunciando sentencia conforme a toda verdad y justicia (v. 14-16).

Actualmente en este año del 2022, estamos siendo testigos del juicio por difamación ante una Corte de USA de dos celebridades del cine, Johnny Depp y Amber Heard. Ambos están dando su versión de los hechos. Expuestos ante el mundo. Donde sus respectivos abogados están usando todas las estrategias posibles para lograr una sentencia a favor. Están ante un juez y miembros del jurado terrenal. Conduciendo un proceso lo más meticuloso y objetivo que sea posible para esclarecer la verdad de los hechos. Y al final pronunciar sentencia conforme a la inocencia de cada uno.

Ahora, se imaginan si así se hace en la tierra, que asunto humano o terrenal se le podrá escapar a nuestro Dios, Juez recto y justo. Porque ante Él toda verdad y maldad será descubierta y nada ni nadie podrá esconderse. Más como garantía de seguridad y ante todo aquello que hacemos y pasamos, la Biblia dice que abogado tenemos para con el Padre a Jesús, su Hijo (1 Juan 2:1). Abogando y salvando aquellos que son justos delante de Él. Pero también, descubriendo toda maldad de quienes no se arrepienten.

Por lo tanto, nadie como nuestro Dios, que está más allá de lo que vemos y percibimos para pronunciar sentencia presente y eterna (Mateo 25:32). Por eso que nuestra vida y nuestras acciones estén siempre alabando la justicia de Dios, como este Salmos y también como en 1 Pedro 2:15-23, poniendo nuestros actos en las manos de Aquel que “juzga justamente”. ¡Amén!

Jorge Alberto Oliva Corzo es un anciano ordenado en la Iglesia del Nazareno.

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